4.9.07

Capítulo 1º
CRONICA DE LOS VIAJE DE HACHIRO, SAMURAI DE LA FAMILIA HIRUMA DEL CLAN DEL CANGREJO

Prólogo

Yo, Nonino Dan, el más humilde de los discípulos del gran escriba None Dan, he sido elegido para dejar constancia de las andanzas de Hiruma Hachiro de la familia Hiruma, del Clan del Cangrejo.
Nuestra historia comienza cuando Hachiro es elegido para formar parte de la Delegación Cangrejo que habría de participar en La Gran Negociación. Este encuentro diplomático tenía como objetivo terminar con la ancestral rivalidad que se daba entre los clanes de la Grulla y del Cangrejo a raíz de la guerra que ambos mantuvieron setecientos años atrás, pues esta rivalidad era un peligro que minaba al Imperio que el Emperador no podía tolerar por mas tiempo
El lector entenderá mejor las razones de este acendrado odio entre ambos clanes si se le explican someramente las razones que llevaron a ambos gigantes a enfrentarse en una lucha fratricida. Hace setecientos años, como ya dije, los Cangrejo sufrían una fuerte ofensiva por parte de las fuerzas del Señor Oscuro, Fu Leng el Caído. Grande era la necesidad de pertrechos y provisiones para los defensores de la muralla. Tan grande que, alegando que los miembros del Clan de la Grulla habían sido negligentes en el envío de las mercancías que se los Cangrejo precisaban para mantener la muralla a salvo, las fuerzas del Clan Cangrejo atacaron las provincias más meridionales del territorio grulla y se hicieron con ellas. La Grulla por su parte negó tales acusaciones y acusó al Cangrejo de desear incrementar su territorio ilegítimamente, por lo que atacó a sus vecinos del sur para recuperar las tierras perdidas. De este modo el Clan del Cangrejo se vio sometido a una guerra en dos frentes y el Imperio vio como su frontera con las Tierras Sombrías corría peligro de caer. El Emperador tomó cartas en el asunto y detuvo el conflicto. Las tierras tomadas quedaron en manos de los Cangrejo y se prohibieron las guerras a gran escala entre los clanes. A partir de ese momento solo se permitirían pequeñas batallas para dirimir las diferencias entre clanes y siempre con autorización imperial. Esta decisión, si bien salvó al Imperio de caer en manos de Fu Leng o en una terrible guerra civil, hizo que la enemistad entre la Grulla y el Cangrejo se enconara aún más.
Pasaron setecientos años en los que ninguna de las partes en conflicto dejo pasar la ocasión para fortalecer su posición o reclamar por sus derechos. Uno de los mejores tatos que se apuntaron los Cangrejo fue la adopción de la mayor parte de la familia Yasuki, antaño Grulla, cuando, por culpa de sus dudosas actividades comerciales, fue expulsada de su clan. Con la adopción de esta familia el Cangrejo ganó el Castillo de la Grulla Negra, Yasuki Yasiki, y gran parte de los territorios anexo a él. La Familia Yasuki se convirtió en la rama de cortesanos y comerciantes de los Cangrejo, y buen servicio que hicieron a su nuevo clan ya que, dada la tosquedad proverbial de los defensores de la muralla, estos no se desempeñaban demasiado bien en esas lides. Esto no hizo sino aumentar la ya amarga enemistad que existía entre ambos clanes y que fue enquistándose con el paso de los siglos.
Previendo el cáncer que crecía en el corazón de Rokugán, el Emperador decidió poner fin a la pugna por las tierra Yasuki mediante lo que se denominó La Gran Negociación: Una reunión de representantes de todos los clanes en la que se discutiría el destino de esas tierras y de todo lo relacionado con ella, con la esperanza de que, si bien no se podría eliminar la enemistad, si que se podrían limar las asperezas más agudas. El clan anfitrión de las negociaciones, responsable del alojamiento y la seguridad de los asistentes, fue el Dragón, que prestó para ello, Shiro Kitsuki, el Castillo de Fukurokujin. Del arbitraje en la negociación, como de costumbre, se encargaría la Delegación Fénix. El resto de los clanes se decantó por uno de los dos bandos: el León apoyaba al Cangrejo, mientras que el Unicornio se alineó, como era habitual, con la Grulla. El Escorpión, como de costumbre, no parecía estar de otro lado que no fuera el suyo. (continuará...)

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